Imagina que conduces tu coche, tranquilamente, por una de esa carreteras solitarias del medio oeste de los Estados Unidos de Norteamérica, escuchando esa canción antigua que te trae tantos recuerdo y añoranzas, que casualmente acaban de poner en la radio. La cantas, porque te la sabes de memoria, cuando te das cuenta de que tu camino se adentra en una zona boscosa. Estás atento a la carretera no sea que te cruces con el Chupacabras o el Hombre Polilla, o los dos, cuando ves al borde del camino a una jovencita de cara angelical que te hace señas para que la recojas. Sonríe, luego no es la Llorona porque además no estás en Mexico, sino en el Estado de Ohio. Tampoco es el fantasma de la curva porque vas en una recta. Paras y bajas la ventanilla un poquito, no sea la hija de una familia de Texas mudada a Ohio y lleve un hacha en el bolso. Piensas que ves demasiadas películas.
La joven candorosa te dice, con su voz melódica, que más adelante hay un puente que cruza un río, que se hizo de noche y tiene miedo de cruzarlo sola. Te pide que la lleves al otro lado porque dejó solo a su bebé y tiene que ir con él. ¿Cómo vas a dejar en una carretea oscura a una pobre y joven madre que tiene un lindo bebé esperándola?. La llevas, claro que sí.
Más adelante los árboles empiezan a clarear y ves un viejo puente de madera. La chica te dice que es seguro, puedes cruzarlo, nunca se ha caído, sólo que de noche el río da un poquito de miedo, y su bebé está solo, esperándola. Te dirijes hacia el puente, la luna ilumina el río, qué bonito paisaje, cuando en la mitad del puente el coche se para. El cuadro eléctrico deja de funcionar. Piensas que los extraterrestres nunca abducen a la gente en un puente, así que sales tranquilo a ver qué pasa con el coche. Estas revisando los cables, aunque no tengas idea de mecánica cuando escuchas el llanto de un bebé. ¿Tan cerca estaba la casa de la joven?, ¿o será un pavo real?. Escuchas detenidamente y te alejas unos pasos del coche. Sí, es un bebé que llora, y el llanto viene del río, dentro del agua. Miras el coche y la mujer ya no está dentro. También habrá oído al bebé, piensas, o se se ha ido sin despedirse. Bajas hacia el río, puede que haya un niño en apuros. Buscas, pero no ves a ningún bebé, sin embargo, el llanto sigue escuchándose… debajo del agua.
Te dices que tus sentidos te juegan una mala pasada, así que mejor volver al coche, cuando algo que cuelga del puente roza tu hombro. Miras, ves una cuerda atada a un poste, un cuerpo, ¿una mujer ahorcada?, sí, la joven que acabas de recoger en la carretera. Corres hacia el coche y, justo cuando cesa el llanto, el automovil se pone en marcha sólo. Te subes y sales de allí como alma que lleva el diablo. Nunca mejor dicho. Alma de cántaro, tantas leyendas urbanas que conoces, ¿y no habías oído la de los puentes llorones?. Cómo se nota que acabas de llegar al Estado de Ohio.
Sí, precisamente en este Estado de los Estados Unidos, la leyenda de los puentes llorones es muy común, porque la mayoría de esos puentes están aquí. La historia suele ser parecida: una joven madre que oculta su embarazo, al nacer el bebé, lo arroja al río de noche. Luego, llena de remordimientos, salta también ella o se cuelga de una viga. Desde entonces, se escucha llorar a un niño debajo del puente las noches de luna llena y se ve el fantasma de una mujer buscando a su bebe en la orilla.
Con ligeros cambios en el relato dependiendo del puente, e incluso un ritual de invocación tipo Bloody Mary más o menos sofisticado, los puentes llorones son toda una leyenda. Hay varios. ¿Queréis que os lleve de paseo por ellos?. ¡Seguidme!.
Empecemos nuestra excursión por Abbeyville Road, aquí podremos ver no uno sino dos puentes llorones. Siguiendo esta carretera llegaremos al primer puente llorón. Es un pequeño puente de hormigón apenas perceptible desde la carretera. La leyenda dice que en 1950, una niña en un intento de ocultar su embarazo, arrojó a su bebé recién nacido al río. Se cuenta que por las noches, se escucha el llanto del bebé. El segundo puente de Abbeyville es un puente del ferrocarril. Siguen pasando trenes, así que no nos situaremos en el puente sino debajo de él. Cuenta la leyenda que en la iglesia cercana se celebraban misas negras y que una noche, arrojaron a unos cuantos niños al puente para que el tren los descuartizara. Cuando pasas por debajo con el coche, éste se para, y no hay forma de volver a ponerlo en marcha más que empujarlo hasta sacarlo de la zona, entonces, volverá a funcionar. Mientras tanto, puedes escuchar los gritos de los niños que murieron en las vías.
Sigamos nuestra excursión, el siguiente puente llorón se encuentra cerca de lo que un día fue el Orfanato Gore. Sobre esta zona hay muchas leyendas y lugares encantados, cuentan que el orfanato Gore se incendió, y las almas en pena de los niños que murieron allí carbonizados vagan por la zona, y, cómo no, se reúnen en el puente. También se habla de una casa embrujada, la mansión Swift, donde se realizaban macabros experimentos con los niños del orfanato. Aquí podemos seguir dos tipos de invocación distinta, ya se sabe que las leyendas urbanas son monstruos de muchas patitas.
Primera invocación. Esta es la más completa de todas. Primero aparcamos el coche en el puente, apagamos el motor y salimos de él, damos un paseito por éste y no tardaremos en escuchar el doloroso llanto de los niños a lo largo del río. Tal vez se ahogaron huyendo del fuego… fuego que podremos oír crepitar en el bosque. Cuando volvamos al coche, veremos que las energías negativas de la zona nos impiden arrancarlo, no tendremos más remedio que empujar el coche y sacarlo del puente, así volverá a funcionar. En la segunda versión Aparcamos el coche en el centro del puente, pero esta vez, dejamos las llaves puestas y el motor encendido, salimos y si tenemos suerte y los espíritus se sienten particularmente lúdicos, podremos ver ectoplasmas y luces inexplicables materializándose a nuestro alrededor. También es posible que los niños jueguen con el coche, encendiendo y apagando luces, pisando el acelerador, pero sin moverlo del lugar. Cuando volvamos, encontraremos las huellas de pequeñas manitas por todo el automóvil. Aquí tenemos la ventaja de no tener que empujar el coche fuera del puente, basta con arrancar y marcharnos no sin antes despedirnos de nuestros pequeños amiguitos.
Nuestro siguiente camino nos lleva a Newton Falls, en el condado de Trumbull. Aquí nos encontraremos con un precioso y antiguo puente con cubierta de madera, declarado histórico, y cómo no, con otra leyenda de infanticidio. El puente fue construido en 1831, y es el segundo puente cubierto más antiguo de Ohio. Todavía se sigue utilizando, es de una sola dirección y conduce a un parque de caravanas que hay al otro lado. Sagún la leyenda, en 1800 una joven madre, para ocultar su embarazo a la comunidad, arrojó a su bebé al río Mahoning desde el puente (suponiendo que en aquella época no estuviera cubierto) o desde la orilla del río. El bebé fue arrastrado debajo del puente, donde se ahogó, y allí podremos escuchar su llanto.
En 1929 se construyó una pasarela, en un lateral del puente, paradójicamente para proteger a los niños del tráfico. Anteriormente, coches y peatones lo atravesaban juntos.
Pero nuestra excursión continúa, y ahora nos dirigimos hacia el puente deCrystal Springs. Encontramos este puente de hierro a las afueras de Canal Fulton en la pequeña ciudad de Crystal Springs. cruza el río Tuscarawas y se encuentra junto a las vías del ferrocarril que transcurre a lo largo del río. En su origen se trataba de una pequeña pasarela que fue destruida en durante una inundación en 1913. La gente de la localidad construyó un puente colgante provisional, pero resultaba demasiado peligroso para los viajeros, por lo que se sustituyó por un puente permanente de madera. en 1940 se sustituyó la madera por hierro. Ahora forma parte de la “Crystal Spring Bridge Park” y ya no es accesible al tráfico.
Aquí la leyenda varía un poquito. Un hombre malvado llevó a su esposa y a su bebé hasta el puente, colgó a la mujer, arrojó al pequeño al río y después él se ahorcó de una viga del puente. En este puente mejor no estamos mucho tiempo, porque a parte de escuchar los llantos de la mujer y el bebé, puede aparecer el fantasma del malvado.
Nuestra siguiente parada será en Whisney Road, en Kirtland. Nos adentramos en una región muy peculiar, ya que se cuenta que en estos bosque vivía una familia en la que todos sus miembros sufrían de hidrocefalia, por lo que eran conocidos como los “Cabeza de Melón”, no eran gente amigable y detestaban las visitas. tenemos dos opciones, si atravesamos el puente llegaremos hasta un camino de tierra que parece un callejón sin salida. No lo es, y buscando, buscando, daremos con un sendero que se adentra en el bosque, denso y oscuro, hasta la casa de la familia cabeza de melón, donde no seremos bien recibidos. La otra opción es quedarnos sobre el puente. La leyenda dice que si estacionamos el coche por la noche sobre el puente y apagamos el motor, escucharemos gritos de niños. Quienes son estos niños, también hay varias explicaciones, o bien unos niños aterrados que murieron ahogados despues de atravesar el bosque de noche, corriendo, perseguidos por otros niños de enorme cabeza, o bien estos pobres niños de enorme cabeza que fueron quemados vivos en las ruinas de un orfanato.
Ahora vamos a un lugar que promete muchos sustos, el puente de Egypt Road. Siguiendo la autopista Twp 766, en Salem (sí, donde las brujas), escondido en el bosque que rodea la carretera de Egypt, se encuentra el viejo puente de hierro. Aquí se habla de diversas muertes de bebés, suicidios, ritos satánico y demás cosas raras. El puente no es fácil de encontrar, tenemos que seguir la Egypt road hasta encontrar un desvío que no es visible desde la propia carretera, podremos pasarlo de largo varias veces hasta encontrarlo. El desvío es un viejo camino sin nombre cerrado por una barrera oxidada. Aquí tendremos que dejar el coche y seguir el camino a pie, por una senda que se adentra en el bosque. Te recomiendan que no vayas de noche, pero incluso de día es un lugar tétrico. Nosotros iremos de noche, llegado este punto de la excursión, ¿qué vamos a temer?. El lugar lleva bastante tiempo cerrado, los árboles y la vegetación han crecido por todas partes, rodeando el puente y la carretera. No hay luces, así que es recomendable llevar una linterna. Hay dos versiones de la leyenda de este puente. en la primera, una joven pareja estarían discutiendo en el puente, sin darse cuenta de que su hijito se alejaba de ellos, cayendo al río y ahogándose, por lo que de noche se escucha el llanto del bebe. En la otra versión, el niño se alejó de la madre, cayó al río y la mujer en un intento de salvarle, se arrojó tras él. Los dos se ahogaron. Cuando el padre llegó buscándolos, encontró bajo el puente el cuerpo de su mujer ahogada que le miraba fijamente, con los ojos abiertos a través del agua. El hombre, desesperado, corrió a buscar ayuda, pero se equivocó de dirección, adentrándose en el bosque oscuro, y nunca más se supo de él.
En la década de 1970, se cuenta que este lugar era frecuentado por jóvenes suicidas, incluso puedes encontrar nombre y fechas escritos en las vigas a modo de recordatorio. Poco más allá del puente, el camino se convierte en una pista fangosa y desaparece en el bosque. Bosque famoso por sus rituales satánicos y por otra leyenda, la del ” Hombre Oscuro del Bosque”. Solo con escuchar el nombre nos entran las ganas de regresar, ¿verdad?.
Y así llegamos a nuestra última parada, el Puente de Helltown. Pueblo infernal, bonito nombre, y es que toda la zona es terrorífica. Helltown se considera un pueblo fantasma, pero no hay noticias seguras sobre sus orígenes, incluso el nombre paree que fue puesto después del abandono, cuando el bosque cubrió todo. Aquí tenemos un bonito cementerio y un puente llorón. el puente está ubicado a la salida de Riverview Road, y conduce al municipio de Boston. El puente actual se construyó en 1999 sustituyendo a otro antiguo con cubierta que sufrió daños en inundaciones. Todavía se pueden ver los pilares antiguos, sobre los que se construyó el nuevo puente. Aquí, en algún momento del pasado, un niño fue arrojado al río Cuyahoga donde murió ahogado. El puente es muy nuevo, pero para contrarrestar tanto hormigón, el ritual de invocación aquí es uno de los más especiales. No puedes saltarte ningún paso, de otra manera, no se presentarán los espíritus. Primero, debemos llevar con nosotros un juego adicional de las llaves del coche. Segundo, tenemos que ir por la noche. Tercero, aparcaremos el coche en el puente. Cuarto, apagamos el motor. Quinto, colocamos el segundo juego de llaves en un bolsillo. Sexto, salimos del coche. Séptimo, cerramos las puertas. Octavo, caminamos por el puente. Noveno, esperamos un ratito disfrutando del paisaje, y décimo, regresamos al coche. Si no nos hemos saltado ningún paso, encontraremos el coche con el motor encendido y las huellas de las manos de un niño marcadas en el polvo fuera del coche.
Para terminar nuestra ruta, no está de más una visita al cementerio. Esta leyenda urbana se extiende por otros estados, pero nuestro viaje, ha terminado por hoy. Os dejo unas cuantas fotografías tomadas desde los puentes que circulan por la red.
Otro día podremos visitar más puentes llorones, ahora, descansemos en paz.
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